Al parecer, no todos los guardianes de nuestra salud física y mental son humanos. Algunos de estos “médicos” alternativos, ronronean y maúllan, caminan silenciosamente sobre patitas almohadilladas y tienen afiladas garras y largos bigotes y, además, nos hacen compañía.
“En general, una persona es mucho más sana cuando tiene un gato. Existen estudios suficientes para afirmar que tener uno de estos animales beneficia la salud”, explica el profesor Francisco Cuatrecasas, autor del libro Gato-terapia.
Para Cuatrecasas, especialista que ha desarrollado la acupuntura emocional y dirige el centro UIMEC de Medicinas Complementarias (http://www.uimec.com), los gatos son uno de los mejores animales de compañía y “también, como mucha gente cree, son mágicos”.
“Ya los utilizaban las antiguas hechiceras y los chamanes porque los conectaban con el mundo místico, o al menos eso creían. Estaban presentes en los monasterios budistas para mejorar la meditación y, en algunos países, existen terapeutas que los utilizan como medio de autoayuda para personas estresadas”, añade.
Según Cuatrecasas, en Estados Unidos, se hizo un estudio comparativo entre dos grupos de personas mayores, comprobándose que aquellas que eran dueñas de gatos se sentían menos solas, ansiosas y deprimidas, que las que no convivían con ellos.
“En la Universidad de Pensilvania realizaron un estudio con dueños de animales de compañía que habían sido hospitalizados por enfermedades cardíacas, incluyendo infartos. Al cabo de un año de seguimiento, concluyeron que los pacientes que tenían una mascota demostraron mayor mejoría que aquellos que carecían de animales domésticos”, añade.
“También se ha demostrado que gatos y perros son capaces de reconfortar a personas desconsoladas por la pérdida de su pareja”, añade el autor de Gato-terapia.
“Los gatos también procuran apoyo a adultos y niños sanos, ayudándolos a desarrollar una mayor seguridad y autoestima, y el amigable contacto con el felino reduce el estrés en sus dueños, que se distienden y tranquilizan”, según Cuatrecasas, quien agrega que se ha verificado su acción benéfica en personas discapacitadas en casos de autismo, síndrome de Down, hiperactividad infantil, desórdenes de la conducta y depresión.
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