Pipa, Danka, Tango... Ninguno de ellos es una mascota corriente. Los tres son perros acostumbrados a caminar con naturalidad por los pasillos de un hospital, donde no se limitan a ser simples mascotas, sino que se han convertido -desde hace poco tiempo- en aliados de médicos y pacientes. El Hospital Sant Joan de Déu (en Esplugues de Llobregat, Barcelona) fue el primero en romper la barrera y dejar a un perro poner la pata dentro de sus pasillos. Desde entonces, aunque aún tímidamente, otros centros españoles se han animado a probar las terapias asistidas con perros en sus instalaciones,imitando un modelo extendido ya en otros ámbitos (principalmente en el campo de la discapacidad). Pipa recorre como Pedro por su casa los pasillos del Sant Joan de Déu, en los que nació hace casi tres años. De hecho, este Cavalier King Charles debe su nombre a una votación que celebraron los niños ingresados cuando nació. Ella es uno de los nueve perros que a diario, acompañados por técnicos...